De Cancún y otros lares... primera parte.

6:15 de la mañana, domingo, comienza el segundo día en Cancún, pero vamos por partes…
26 horas y quince minutos antes desperté en casa de los papás de la dueña de mis quincenas, dormimos ahí porque el aeropuerto esta a 5 minutos.
Llegamos al aeropuerto a las 6 de la mañana, 7 maletas, 1 carreola, mucha gente; siempre el estrés de lo viajes es muy pesado, pero una vez que documentas las maletas todo se aligera; salimos a tiempo, hora y media al D.F., excelente vuelo, Calocho “Turista” estaba desmañanado y durmió todo el vuelo, Lea (mi hija) igual y la dueña de mis quincenas, como ya es costumbre, aterrada, no le gusta volar, se pone muy nerviosa; el aterrizaje fue como caer en algodón –el piloto es bueno- pensé.


El D.F. la locura total, llegamos en el anden 1 y tuvimos que recorrer todo el aeropuerto para almorzar, McDonalds por sugerencia de Calocho “Ronald”, la dueña de mis quincenas, su mamá y un servidor no almorzamos, el resto sí.
Frente al Mac, un Dunkin Donuts… esas oportunidades no las desaprovecho, una docena para llevar, extrapoints a las rellenas con mermelada de zarzamora. El vuelo de conexión saldría a las 10:50, faltaba una hora con quince minutos.
AVISO. Lea acaba de balbucear “Papá”.
Estando en el área de comida me puse a dormir a Lea en mis brazos, se acerca un güero con toda la facha de gringo que estaba sentado en una mesa a un costado de la nuestra -¿va a estar aquí unos minutos?- preguntó, le contesté afirmativamente -¿le puedo encargar mis maletas para ir al baño? volvió a preguntar, “claro, no hay problema” contesté. ¿Quién le encarga sus maletas a un desconocido en el aeropuerto de la Ciudad de México?
Pensamientos en lo que el gringo iba al sanitario: ¿estará loco? ¿Traerá una bomba y ya no va a regresar? ¿será de alguna secta pseudo cristiana y estará poniendo a prueba mi honradez? ¿será una broma para TV?
El gringo regresó y nosotros salimos a la sala de abordaje.


Al subir unas escaleras la dueña de mis quincenas encontró un iPod, comenzamos a buscar entre la gente a ver si notábamos a alguien que estuviera buscando, y efectivamente, una chavita soltó el gritó ¡mi iPod!
El vuelo a Cancún fue cansado, ya todos queríamos llegar; tengo una pregunta, ¿alguien sabe de que están hechos los emparedados que dan en los aviones? Es algo parecido a carne molida o salchicha… NOTA: Ya en Cancún me enteré que son Paninis... me faltá conocer el mundo...
El piloto anunció que daríamos vueltas alrededor de Cancún porque aún no obtenía permiso para aterrizar, Lea comenzó a llorar, mal asunto.
Después de unos minutos, Lea se calmó y comenzamos el descenso pero la dueña de mis quincenas comenzó con sus nervios, casi me quedo sin mano (exageré).
Continuará...